viernes, 14 de octubre de 2011

EL LORO GUASÓN

Cuando la vecina pasaba, el loro del peluquero siempre le
gritaba sin piedad:

--¡"Buen día, putona"!

Hasta que un día ella no aguantó más y reclamó airadamente
al peluquero, el cual, como modo de castigar al loro por su mala
conducta, lo pintó de negro.
Al día siguiente la vecina pasó por la peluquería y el loro,
ahora pintado de negro, no dijo absolutamente nada.

La mujer, triunfante, lo provocó:

--¿"Ahora estás calladito, no?"

A lo que el loro, con aire de olímpico desprecio, respondió:

--"¡Cuando estoy de smoking no hablo con putas!"

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